La boda de Nerea y José en el Convento de la Luz

Dicen que de una boda sale otra y eso lo saben bien Nerea y José.


Ambos se conocieron en la boda del primo de la novia. Estudiaban medicina en la Universidad de Sevilla y surgió la chispa entre ellos. Además, Nerea tenía buenas referencias sobre él puesto que era un buen amigo de su primo del que siempre había oído hablar.

"José se preparaba su segundo examen del MIR y yo por aquel entonces empezaba tercero de Medicina en la misma universidad. Nos hicimos muy amigos y pasamos mucho tiempo juntos ese año pero la diferencia de edad en aquel momento y el punto en el que nos encontrábamos en nuestras vidas hizo que no llegásemos a más". 

Siguieron sus caminos por separado e incluso llegaron a perder el contacto durante años. Tan solo se saludaban en fechas señaladas o cumpleaños. 

"Sabíamos que después de habernos conocido, incluso gustado, no habiendo sido entonces el momento "más oportuno, haber pasado incluso años, habiendo rehecho nuestras vidas... Ahora daba todo un giro de 180 grados, cuanto menos, inesperado. 
Ahora sí, era nuestro momento. No hubo nada. No encontramos, más bien, nos reencontramos, y decidimos quedarnos. Se está muy bien aquí así que decidimos compartir nuestras vidas para siempre. Nos hacíamos mucho bien. Decidimos casarnos, celebrar el amor, celebrarlo bailando junto a nuestras familias y amigos, simplificar la vida y ser felices". 



Llegó el día que tanto ansiaban los dos y es que por fin había llegado el momento. Martina se Casa les ayudó a coordinar la boda ya que les acompañaban más de 350 invitados y no querían delegar nada en ningún familiar ni que fueran ellos quienes se encargasen de resolver los contratiempos que pudieran surgir.

"Marina y Nuria dominaban al dedillo el lugar. El trato cercano hace que todo fluya como la seda. La coordinación de los proveedores, recomendaciones respecto a imprevistos de última hora que habitualmente los contrayentes no tienen en cuenta... para nosotros fue tranquilidad absoluta. ¡Son top!". 


Patrizia Robel y su equipo se encargaron de prepararle el cabello. 

"Tenía claro que quería llevar una cola alta con ondas suaves". 




Paloma Cerezal fue la diseñadora encargada de confeccionar el vestido de Nerea y asegura que "fue una muy buena elección".


"Ella dio forma a todas mis ideas. Primero dibujó todo aquello que yo le iba contando, tal y como me lo imaginaba. Me asesoró respecto a las telas con las que confeccionaría el vestido y me explicó paso a paso como irían las pruebas. Se adaptó completamente a mis necesidades y horarios con una dedicación total en cada una de ellas". 




Se trataba de un vestido dos piezas. Era un vestido recto tipo cóctel con apertura trasera y cuello caja con una sobrefalda igualmente recta de la que salía una larga cola.


Optó por llevar unos pendientes que encontró en Tavieletta hatts, una orfebrería en la calle San Eloy de Sevilla, de zafiros azules. Además, le hicieron a juego unos gemelos con la misma piedra y pequeñas perlas acompañándolas.



También lució una horquilla con un adorno dorado de su abuela Laura, el anillo de compromiso y un anillo de oro y piedras preciosas azules y brillantes que el día antes le había regalado su amiga Elga. 

Los zapatos eran de Salo Madrid y quedó encantada. 

"Inés me asesoró con muchísima idea. Finalmente elegí unos de punta cubierta de plataforma y tacón ancho en color hielo y hebillas doradas. ¡Eran comodísimos!

Por lo que al ramo se refiere, fue una cosa que Nerea tuvo clara desde el primer minuto. 

"Sabía que se encargaría mi amigo Josechu de La Florería de Huelva y, sin duda, no me equivoqué".



José se decantó por un chaqué de tres piezas que la firma Derby se lo confeccionó a medida. 

"Junto a su madre y su hermana escogieron los tejidos y fue todo un acierto. Iba elegantísimo con mucho estilo y fiel a su personalidad". 

Llevó, además, una corbata azul marino con pequeños detalles blancos también de la misma firma. 





Como complementos llevó un reloj de bolsillo de Viceroy que le había regalado su madre. En los puños de la camisa lució unos gemelos que eran de piedra Onix de Montblanc que la novia le había regalado.



La ceremonia fue religiosa y la celebraron en la parroquia de Santa Maria de la Granada en Moguer, Huelva y fue oficiada por el Diácono Gonzalo Fernández, amigo de la familia que preparó con mucho cariño el enlace. 

"Contamos con un trío de cuerdas: violín, celo, piano. Oímos música sacra y algunas piezas en momentos clave que nos gustaban mucho como "Una mattina" de Ludovico Eunaudi". 














Posteriormente se trasladaron al antiguo monasterio llamado "Convento de La Luz" en Lucena del Puerto. Allí fue la celebración.










"En el cóctel sonó "música del Mundo" pinchada por Xite y Clara gracias a sus maravillosos discos de vinilo. Fue toda la una sorpresa". 








Del seating plan, de los espacios de bienvenida y algunos rincones del convento se encargó la propia novia, Nerea, la tarde antes con la ayuda de Nuria y Martina.



"Para el photocall, contamos con un sofá azul turquesa de terciopelo, una mesa baja de madera y dos sillas de ratan de V de Vintage. También pusimos un luminoso sobre la yedra de una de las paredes del convento de Lights and wires que decía: "Que el fin del mundo nos pille bailando"". 


"También montamos un tenderete africano con pequeños elefantes de telas de colores, confeccionado por las mujeres de un pueblo de Uganda donde yo estuve el año pasado. José y yo decidimos donar el dinero destinado al regalito o recuerdo de los invitados a una obra benéfica. En concreto a la ONG Volcop con proyecto permanente en Uganda. Gustó mucho y fue muy original". 


El catering El Auditorio fue todo un acierto tanto para los novios como para los invitados y es que todos quedaron encantados. 


El convite se celebró en la antigua iglesia que formaba parte del convento. 

"Construida con muros robustos de piedra, arcos y bóvedas altas que cuenta además con una vidriera de colores al fondo que aportaba una luz muy natural". 


"Entramos bailando y animando a los 330 invitados con "Pump it" de The Black eyed peas". 




Tras la comida Nerea le entregó el ramo a su hermana mientras sonaba "Blondie" de fondo. 

"La bailábamos de pequeñas en casa con escobas y fregonas cuando nuestra madre nos decía los sábados que era hora de limpiar. Ella no se lo esperaba y fue una gran sorpresa". 



Llegó el momento más desenfadado, pero antes, tocó bailar y para ello lo hicieron al ritmo del vals de "La Bella y la Bestia" con saxo y piano. 

"Fue una sorpresa de mi tia, no lo sabíamos ni lo habíamos ensayado. Fue original y quedó muy bonito". 



Tanto los novios como los invitados se soltaron la melena y se lanzaron a la pista de baile.

"Contamos con el grupo Malamanera. Apostar por ellos fue un acierto seguro y es que con su show animan a todo el mundo". 








Miguel Almenara de Xite and Co puso el ritmo a la fiesta. 

"Miguel es un amor, además supereducado y lo da todo en sus fiestas. Clara, te asesora con muchísimo cariño para que la fiesta sea todo un éxito. ¡¡Le estoy muy agradecida!!"








La mesa de dulce fue creada por Aquarela cakes donde contaron con un panel de donuts, cupcakes de fresa y chocolate, golosinas, frutos secos, etc. 

"Carmen es genial. Se desvive en cada proyecto como si fuera algo suyo. Quedó genial, daba pena romper aquel montaje tan espectacular". 





Santi de Cayuela vídeos y amigo íntimo de la pareja se encargó del vídeo mientras que JuanLu Rojano de las fotos. 

"Santi fue muy divertido y cercano. Nos resultó "raro" se una "pareja Cayuela" pero rápidamente nos adaptamos y cogimos el rollo. Fue superdivertido el rato que pasamos filmando. Fue todo totalmente improvisado y espontáneo". 

"Qué decir de las fotos... Santi nos habló de él, ojeamos su página web y no hubo duda con él fue todo muy fácil y el resultado inmejorable". 






Gracias chicos por compartir vuestra preciosa boda, 



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