La cuidada boda de Marta y Gonzalo en Ciudad Real

Marta y Gonzalo iban a casarse el pasado 20 de junio aunque viendo que la situación provocada por la pandemia y las cosas no mejoraban decidieron posponer su boda y celebrarla el 28 de agosto

"Todos los preparativos se quedaron parados y no íbamos a llegar a tiempo. Además no sabíamos si para junio podríamos celebrarla así que decidimos posponerla". 

Marta recuerda que no ha sido nada fácil ni para ella ni su chico planear el día que tanto habían soñado. 

"Todo esto ha complicado los preparativos, un verano que iba a ser de casados se ha convertido en un verano lleno de preocupaciones, incertidumbre y preparando una boda que hasta el momento no sabías si la ibas a poder hacer o si te iban a cambiar todo lo organizado". 

Aun así se han podido casar y lo han vivido de la forma más intensa y emocionante que podían hacerlo. 

"La boda fue de lo más especial y emotivo que he vivido nunca. La gente también pudo vivirlo así. Fuimos muchos menos de los que hubiéramos sido si no hubiera pasado esto. De casi 400 invitados pasamos a 210. Al celebrarla en mi finca familiar tuvimos que poner muchos más espacios para que la gente pudiera mantener la distancia, pusimos mascarillas en todos los rincones, dimos guardamascarillas personalizados y cada comensal tenía su gel hidroalcohólico de Álvarez Gómez". 

"El proceso ha sido muy duro. Ya no veíamos las noticias, pensábamos que en agosto iban a estar mejor las cosas y resultó ser al revés. Conforme se acercaba la fecha de la boda las cosas volvían a estar peor y cada día era algo nuevo. Mucha incertidumbre, miedo y sofocones pero al final todo mereció la pena. 

Todo lo que cuesta al final sabe mejor y nosotros disfrutamos de cada instante". 

Llegó el gran día y Marta se preparó en su casa vistiendo una bata de Apparentia que llevaba su nombre bordado. 

Se puso en manos de su maquilladora y optó por ir lo más natural posible escogiendo tonos rosados. Por lo que al peinado se refiere, confió también en su peluquera de toda la vida que le hizo un moño bajo y sencillo. 


Inés Martín Alcalde fue la encargada de diseñar y confeccionar su vestido de novia

"Tenía claro que su estilo era el que más me gustaba y tenía muchas ganas de que fuera ella quien me lo hiciera. Aunque pedí cita en más sitios, ella fue a la primera que visité y es que desde el principio hubo feeling y supo captar a la perfección lo que quería. La idea de vestido que me planteó me encantó. Confiaba plenamente en ella y me sentí muy a gusto. 

El proceso ha sido precioso a pesar de que tuvimos que parar enseguida por el Covid. Cuando lo retomamos pude disfrutarlo el doble y en todas las pruebas me emocionaba. Iba dando en el clavo con todo y cada vez me iba viendo más yo. 

Verla crear es increíble, hace magia. Está contigo desde el primer día hasta el último. Se involucra en cada detalle y hasta que no está perfecto no para. Tiene una capacidad enorme para visualizar cada detalle y sabe plasmarlo. 

Sin duda alguna para Marta ha sido toda una experiencia y es que asegura que después de cada prueba salía más contenta y convencida que la anterior. 









Como complementos lució unas esmeraldas que le regaló su abuela paterna de la joyería Macarfe de Ciudad Real y un anillo que le regalaron sus suegros el día de la pedida. 




Confió en Flor de Asoka por lo que a los zapatos se refiere. 

"Los elegí porque el tacón era justo el tamaño que me gustaba y necesitaba. Me parecían originales y diferentes con el tacón dorado y el resto en beige. Le daban el toque al vestido y no pasaron nada desapercibidos". 


El ramo se lo hizo Clara de Estiempodeflores que supo captar la idea que Marta tenía. Además lo completó con una cuerda de rafia a la que añadió una medalla de la Virgen del Prado patrona de Ciudad Real y de la que tanto ella como su familia son muy devotos. 

El novio se decantó por vestir un chaqué de la firma Anglomanía y llevó una corbata de Lester. Los zapatos eran de Meermin y como complementos lució unos gemelos reconstruidos a raíz de una pieza de oro que tenía su madre. El reloj Tag Heuer fue regalo de sus suegros de pedida.







La pareja contó con niños de arras que iban vestidos de Teresa y Leticia y llevaron unas cestitas con el lazo del mismo color que los trajes. Además, las alpargatas que lucieron era de Lobo Madrid.

"El bebé de un año iba en un carrito que tiraban nuestros sobrinos e iba adornado con la misma decoración de ramas de olivo que el coche en el que fui ". 


Se casaron en la Catedral de Ciudad Real porque es un lugar muy significativo para ambos. 

"Nos queríamos casar a los pies de la Virgen del Prado. Yo estaba súper tranquila, fue bajarme del coche para entrar en la Iglesia y romper a llorar al ver a los pequeños esperándome para entrar. No podía creerme que el momento con el que tanto había soñado y al que tanto nos había costado llegar estuviera ya allí. Entré con una gran emoción pero me rompí al ver a mis amigas y familia y sobre todo al verle a él. Recuerdo también muy especial el momento del rito del matrimonio cuando de fondo sonaba la canción "For the love of a princess" y tuve que pararme mientras leía, coger aire y seguir". 







Convertidos ya en marido y mujer se trasladaron a la finca familiar de la novia donde tuvo lugar el banquete y la posterior celebración. 

"El viaje en coche ya casados solos Gonzalo y yo hasta la finca comentando cada momento, mirándonos despacio y diciéndonos lo guapos que estábamos y que al fin lo habíamos conseguido fue mágico". 

"Es un lugar muy especial para los dos. Nunca se había organizado nada de estas características y el entorno es precioso. Desde el principio tuvimos claro que queríamos que fuera allí aunque nos costara mucho más esfuerzo". 

Almudena y Blanca de Bambarela se encargaron de ayudarles a organizarlo todo. 

"Nos ayudaron fundamentalmente en la decoración de la finca. Distribuyeron los espacios y conjuntamente fuimos viendo proveedores de luz, carpas, flores... También contamos con su ayuda en el proceso de gestión del cambio de fecha. Fue fundamental tenerlas al no haber hecho nunca una boda en esa finca. 

Gracias a ellas tuvimos la boda soñada. Hicieron un montaje y un trabajo espectacular y el día de la boda salió todo rodado". 



El seating y los meseros lo montaron los chicos de Andaluflor con la ayuda de Bambarela. Eran acuarelas de carátulas de discos con la canción que habían elegido para cada mesa. 

Las acuarelas las pintó un antiguo compañero de colegio de Marta, Carlos Montes, que describe como "increíble" el trabajo que hizo. 

El catering fue a cargo de Alfardos

"Su cóctel es su gran punto diferenciador. Tiene una enorme variedad de aperitivos servidos de una forma espectacular". 


Al convite entraron al ritmo de "By the river of Babylon" y consiguieron crear muy buen ambiente con mucho buen rollo donde todos los invitados se animaron. 


"Durante la cena los amigos de Gonzalo vinieron bailando su canción: "El imperio contraataca" de los Nikis y le hicieron la entrega de un capote con el escudo del Real Madrid. En el momento de abrirlo sonó la canción del centenario e hizo varios pases con el capote. Me emocioné muchísimo porque sé la ilusión que le hizo ese regalo y lo especial que era para él". 


La entrega del ramo fue muy especial y es que la novia tuvo claro que tenía que ser para sus cuñados, Álvaro y María. 

"Les queremos mucho y nos gustaría que fuesen los siguientes. Son una pareja muy bonita con ganas de todo". 

Tras la cena, al fin, llegó el momento más desenfadado. 

"Abrí el baile con mi ya marido Gonzalo. Elegimos la canción "Por mil años más". Luego nos cambiamos y yo bailé con mi padre y Gonzalo con su madre. Fue un momento muy especial, aún se me ponen los pelos de punta cuando lo recuerdo". 




La música corrió a cargo de Santi de Dándote Ritmo y logró poner en pie a todos. 

"Apareció un violinista eléctrico regalo de mi hermana y mi cuñado y fue la BOMBA". 

Oui Motion se encargó tanto del reportaje fotográfico como del vídeo y queda más que claro que fue una boda de ensueño en momentos de lo más complejos debido a la situación en la que nos encontramos actualmente. 








¡Mil gracias Marta y Gonzalo por compartir vuestro día con Missbrideside!

Ana


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