Alejandro y María José. La novia de los dos vestidos

Después de una pedida de ensueño en la ciudad de los rascacielos llegaron los preparativos de la boda. María José y Alejandro se casaron el 3 de junio en Trujillo, Cáceres. Un lugar único que desprende historia y magia por todas partes. 

María José, habla con especial ilusión sobre sus vestidos. Al ser extremeña y vivir en Sevilla tenía el corazón dividido. Así que, no encontró mejor opción que hacerse con dos vestidos para el enlace.
Ella es una gran amante de la moda flamenca y optó por contar con un vestido de la colección bridal de Vicky Martín Berrocal. Un vestido que, sin duda, dejó a todos los asistentes con la boca abierta. Era un diseño que pesaba, nada más y nada menos que, 13 kg y es que estaba confeccionado con mantones bordados, flecos y volantes. Lo llevó durante la ceremonia que se celebró en la Iglesia de Santa María la Mayor.

Ella trabajaba como estilista en Cherubina, y por entonces todavía no confeccionaban vestidos de novia como lo hacen ahora. Sabiendo que no podría aguantar todo el día con el diseño de VMB decidió hacerse con otro. Fueron las chicas de Cherubina quienes le dieron la opción de poder diseñarlo. Junto a Ana Cherubina, directora creativa de la marca, se pusieron manos a la obra. Para ella fue toda una experiencia de la que aprendió mucho. 

Lo llevó durante la celebración en las Bodegas Granadas Coronadas. De manga larga y con escote en la espalda. La unión del cuerpo con la falda se hizo mediante un drapeado que terminaba con botonadura baja dejando caer la cola. Por delante también era con escote en V y con encaje bordado. 

Los pendientes que llevó son de la joyería Santamaría y fueron un regalo que le hizo su, ya, marido el día antes de la boda. 

Como complemento a su coleta alta, añadió una corona de pistilos en los laterales, también de la firma sevillana Cherubina.

Los zapatos que llevó fueron un regalo de su hermano Manuel y su cuñada Lorena firmados por Christian Louboutin. Además, llevó un anillo de rubíes, una joya familiar, que le había regalado su abuela el día de su confirmación ya que ella fue su madrina y quiso que lo tuviera. 

Por supuesto, no puedo olvidarme del novio. Alejandro llevaba un chaqué azul marino de la tienda sevillana Derby y los zapatos de la firma Castellanos. 

El ramo es de la floristeria Vigafer, un ramo de olivo y rosas moradas de Holanda. En él iba enrollada una cinta azul en la que se dejaban ver unas medallas que le habían regalado sus mejores amigas con las fotos de sus 4 abuelos. 

Además, quisieron tener un detalle con la hermana del novio, con la novia de su hermano y con su prima a la que tiene especial cariño, pues se ha criado con ella pasando los mejores momentos de su infancia y han vivido juntas en Sevilla. Optaron por regalarles unos ramitos como el suyo y les encantó, no esperaban para nada la sorpresa.

La boda estuvo llena de cariño y mucho amor en la que consiguieron crear un ambiente único.

Las fotos son de Daniel Vega Fotografía

@danielvegafotografia