La boda de María y Santiago en Cáceres

¿Sabéis cuando una pareja muestra una complicidad absoluta? ¿Cuando los novios son más que felices y disfrutan a rabiar de su día? María me ha transmitido muchas cosas, y por eso hoy os voy a contar su bonita boda en Cáceres.


Ambos se conocen de toda la vida. Empezaron a salir durante su etapa de bachillerato. Se hicieron inseparables aunque poco después sus caminos se distanciarían... Él se fue a estudiar a León y ella a Granada. Nada estaba en sus planes pero todo surgió así. Los primeros años fueron de idas y venidas pero una vez finalizada esa etapa decidieron volver juntos a Cáceres para no separarse nunca más.

Su verdadera historia empezó el día de Reyes. Para ambos es una de sus fechas favoritas. Justo ese día entre todos los regalos encontró una cajita, cuando la abrió estaba allí su anillo y a partir de ahí empezó todo.
Era un anillo de oro rosa y un diamante plano de la colección Orión de Suárez.

"Nunca imaginé que conocía tanto mi estilo. No era para nada el típico anillo de pedida, que no va para nada conmigo". 

María enseguida se puso manos a la obra, y justo al día siguiente, llamó al sitio donde siempre había querido casarse y preguntó qué fechas estaban disponibles para ver si alguna encajaba con lo que ellos tenían pensado. 

"Normalmente la lista de espera es de años pero justo encontré un hueco un sábado de septiembre y de mañana, justo como queríamos". 



El tema de la iglesia no le preocupaba mucho porque justamente en el castillo donde iban a celebrar el convite había una pequeña ermita en la que hubieran oficiado la ceremonia religiosa si la iglesia que les gustaba estaba ocupada. 

Poco después, María se reunió con el párroco de la iglesia de San Mateo y justo ese 22 de septiembre se había borrado unos novios. Parece que todo encajaba y tenía que ser para ellos. 

"También tuve mucha suerte, normalmente con 9 meses de antelación es imposible reservar estos lugares". 

La iglesia se encuentra dentro del casco histórico de Cáceres. Es una zona muy conservada en la que cuando paseas por ahí no puedes hacer más que transportarte a la época en la que se construyó todo. Justamente, la iglesia está situada donde más le gusta a María. Normalmente, las bodas suelen oficiarse en la catedral, pero aquella iglesia era especial para ella, sus padres se habían casado allí y sobretodo era un día muy especial porque el padre de María no está y era una manera de recordarlo preciosa. 


El siguiente paso, tras haber cerrado el tema de la iglesia y el convite, fue la elección del vestido. Sin duda, es la parte que más ilusión le hacía a María, y posiblemente la que más les haga a todas las novias.

Tenía claro que quería un diseño muy sencillo así que concertó cita con los diseñadores que creía que mejor encajaban con su estilo. 
La primera fue con Inés Martín Alcalde pues era su favorita y cuando la conoció se superó con creces según cuenta María. 
Fue sola a la primera entrevista personal como le indicaron para que ella pudiera expresarse mejor y sin duda le pareció un acierto total. 

"Se lo recomiendo a todas las novias. Hay novias que llevan verdaderos séquitos y todo el mundo da su opinión formándose un batiburrillo...". 

Seguidamente le hizo la primera prueba, en muy poco tiempo captó su idea. 

"Es un genio y como persona, aún mejor. Me dio todas las facilidades para compaginar las citas con mi trabajo y poder desplazarme a Cáceres desde Madrid. 
Disfrutamos muchísimo de cada prueba. Eran días muy mágicos en los que mi madre y mis amigas más íntimas se desplazaban hasta Madrid, disfrutándolo tanto o más que yo". 

Poco a poco, su vestido iba cogiendo forma y para ella fue la mejor elección.






Cuando ya sabía más o menos como iba a ser el vestido, pidió cita en Sumacruz. María se enamoró de su trabajo y no tuvo ninguna duda, ni siquiera tenía un plan B. 

"Le expliqué lo que quería y fuimos creando paso a paso. Otro proceso precioso...". 

María completó su look con unos zapatos de l'Autre Chose. Tenía una idea en su cabeza y estuvo meses buscando sin parar.

"Creo que visité todas las zapaterías del centro de Madrid y todas las webs. Era muy complicado para mí porque no tengo mucho manejo de andar en tacón y más en plena parte antigua. Además, mi marido mide 1.95 y yo no llego al 1.60". 



Quién la ayudó en todo lo que pudo fue la diseñadora de su vestido, Inés Martín Alcalde y siempre le recomendaba que se hiciese con unos que luego pudiese volver a ponerse sin problema. 
Por fin dio con ellos, encontró unas sandalias doradas de tacón alto y grueso, que desde entonces ha usado en todos los eventos importantes para ella. 

Como complementos, como no le gusta ir muy ornamentada y la corona ya hablaba por sí sola. Finalmente, se decantó por unos aritos con diamantes muy pequeños que le daban un toque desenfadado de Aristrocrazy. 

La niña de arras, era la hija de su primo, y llevó un vestido de comunión adaptado para ella de La Bubé.


Del recogido se encargó su peluquero de confianza y amigo personal, Alejandro Santana. Logró captar su idea y gracias a su esfuerzo el resultado no pudo gustarle más. Por otro lado, del maquillaje se encargó Conchita, del centro estético Concha Álvarez, durante los meses previos la trataron y la cuidaron de maravilla. Además, también le realizaron la manicura.


El siguiente paso que dieron fue la elección de las invitaciones. Algo que fue muy sencillo según comenta. Eligieron a las chicas de Micrapel bodas.

"Son unas cracks hacen dibujos con acuarelas de un montón de estampados y el material que usan es el de mejor calidad". 

Para el tema de las flores confiaron en Carmen de Arreglos Karmen. Ella se encargó de todo. Para la decoración de la iglesia escogieron flores en tonos blancos y su ramo era todo lo contrario lleno de color y de flores silvestres. Carmen, también se encargó de crear una corona de flores para la niña de arras que también llevó una cestita con paniculata.

Santiago visitó un chaqué de Chevalier, una sastrería de Cáceres de toda la vida. Todo era de allí excepto los gemelos que eran de Scalpers, regalo de su amigo Javi.
los zapatos eran de Meermin, una casa de zapatos artesanos. 

El día de la boda, María se alojó en el parador de Cáceres. Contó que era para su boda y le dieron la mejor habitación que tenían. Durante la preparación le acompañaron toda su familia y sus amigas íntimas. 

"El patio es precioso. Elegí ese sitio porque está al lado de la iglesia y podíamos ir caminando". 





Llegó el momento de ir a la Iglesia, allí ya se encontraba Santiago esperándola, fue una misa muy emotiva y divertida.





Para la música durante la ceremonia escogieron piano y un tenor de Clásica bodas. Les gustó tanto, que acabaron contratándoles también para el momento del cóctel. 
Les casó el padre Fernando, un cura muy atípico con canal de Youtube y más de 3.000 seguidores en Instagram. 

"No para de moverse para conseguir fondos para la casa de la misericordia de Alcuéscar. Dan todo el cariño del mundo a todo tipo de personas. Él mueve muchísimo a los jóvenes. 
La ceremonia fue increíble. La gente que aún no lo conocía no daba crédito. La frase más repetida era: es la primera vez que he escuchado una misa de una hora entera sin desconectar. 
Él sabía que en mi familia estábamos muy nerviosos por la falta de mi padre y otros familiares muy cercanos y supo relajar el ambiente totalmente. No paramos de reír."







En cuanto al catering, fue toda una aventura poder elegir todo lo que les proponían. Al ser 22 de septiembre y hacer tantísimo calor, durante el cóctel pusieron un salmorejo de cereza que les fue como anillo al dedo para refrescar a los invitados y sobretodo, algo que no podía faltar era el jamón, ¡¡hubo mucho mucho jamón!!

"Es nuestro producto típico y todo el mundo se tenía que comer su plato de jamón. Había 7 jamones para 300 personas y no sobró nada. Los 40º ayudaron a que fuese un manjar aún más exquisito."





En cuanto al ramo, a María le hacía muchísima ilusión regalárselo a una de sus mejores amigas y la mejor persona que conoce. Su vida ha sido complicada debida a la dura enfermedad de su padre y con ella nunca echó en falta a ninguna hermana. 

"La vida me regaló la mejor."

Al ritmo de 'Estrella polar' de Pereza, recordando su época universitaria le hizo entrega del ramo. Era un ramo muy disputado porque tiene las mejores amigas del mundo pero algo le decía que tenía que ser para ella. 



Después de la comida llegó el primer baile. Lo abrieron los recién casados con una canción que les encanta de Iván Ferreiro. 

"Como faltaba mi padre, no quería que nadie ocupase su lugar". 





Del reportaje fotográfico se encargó José de Jose Vicente Fotografos para los novios, sin duda, fue la mejor elección. Pocas veces he visto a unos novios más sonrientes que ellos. ¡¡Desprendían felicidades por los 4 costados!!

"Las fotos son preciosas, él es de Salamanca y no conocía el entorno aunque supo captar cada rincón. Yo estaba muy nerviosa, nada agradables pero él mantuvo la calma en todo momento. Se quedó más tiempo en el baile consiguiendo captar los momentos más divertidps del día. Lo que más me impresionó de su trabajo es cómo captó a las personas más importantes para mí. Salía quién tenía que salir. Brutal su control de la situación. No se perdió ni un instante importante y siempre preocupado por mí. Todo esto a 38º sin sombra, fue muy duro y aún así siempre pendiente de todo."









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