Escribir en tiempos de coronavirus

Tenía muchísimas ganas de compartir con todas vosotras este post. Es muy diferente a lo que suelo escribir normalmente pero me veo con la necesidad de hacerlo, quizás también porque necesito desahogarme y soltar toda la tensión acumulada durante estos últimos días. 

Antes de nada quiero mandar mi especial cariño a todas esas parejas que se han visto en la obligación de cancelar y posponer el que tenía que ser el día más feliz de sus vidas. Sé cuánto cuesta prepararlo todo, la ilusión que se le pone y ver como todo se va al traste en cuestión de días tiene que ser muy doloroso para vosotros. Sin embargo, soy de las que piensa que todo pasa por algo y que algo mejor está por venir. Así que no desesperéis, vuestro día llegará y lo celebraréis con más ánimo que nunca.

Por otro lado, me gustaría hablaros de mi experiencia personal. Resido en Barcelona pero mi chico vive en Extremadura, así que después de viajar a Roma en familia decidí venirme unos días aquí con él ya que tengo la gran suerte de trabajar desde cualquier sitio (soy autónoma). Como el tiempo se nos hacía corto, decidí alargar un poco más mi estancia y finalmente hoy tenía que volver a casa. Al final, todo se ha truncado y sigo aquí, a casi 800km de mi casa, de mi familia y de algún trabajo que se me ha escapado por la situación que atravesamos. Podría haberme ido pero he tomado consciencia de la grave situación y tras considerar que lo mejor era no moverme, aquí estoy. Tengo la gran suerte de tener a toda la familia materna aquí, así que dentro de lo malo no estoy tan mal. 

Pienso en toda la gente que está llevando estos días en soledad, en los mayores y no tan mayores, porque a nuestra manera los jóvenes también sufrimos lo nuestro. Estar solo estos días es algo complicado pero intentemos sacarle el lado positivo a todo esto. Seguro que muchos de vosotros habéis hecho videollamadas a cascoporro con amigos que hacía tiempo que no veíais, con familiares a los que habéis dejado de ver cada día por no ponerlos en peligro, otros habréis aprovechado para desempolvar juegos que estaban guardados en el armario de los porsis (por si acaso), habréis tenido tiempo de limpiar el piso o casa 800 veces como poco, de hacer limpieza de armario y de solidarizaros con todos quienes están pasándolo peor que nosotros. 

Me asombra la capacidad que tienen algunas personas para ingeniárselas como sea y no aburrirse. Me divierte mucho ver vídeos en los que las comunidades de vecinos se unen para pasar la cuarentena desde sus casas. Juegos de veo veo, canciones, charlas al más puro estilo 'Aquí no hay quien viva', es hora de hacer amistades nuevas y seguro que al vecino que habías visto día sí y día también ahora es tu mejor amigo. 

Quería, también, hacer especial hincapié en todos los sanitarios que se están dejando el cuerpo, el alma y también la salud en atender a todos esos positivos, y los que no lo son también, porque recordemos que en los hospitales también hay gente enferma con otras patologías y nadie se olvida de ellos. Mi madre era enfermera. Estoy segura de que tendría el corazón encogido en estos momentos y hubiese hecho todo lo que estuviese en su mano para poder ayudar en lo que fuera necesario. Mi padre es médico y siempre ha tenido muy presente que primero está el paciente y luego él. Un hombre entregado en cuerpo y alma a su profesión habiendo hecho guardias interminables. Admiro a todos y cada uno de los sanitarios que durante estos días asisten y acompañan a los enfermos. Que en una UCI nada es fácil y sentirse solo y lejos de los tuyos mucho menos.
Me emociona ver como cada día salen miles de personas a sus balcones a agradecer la encomiable labor que están realizando. Ellos sí que salvan vidas y se juegan el pellejo por todos nosotros. Valoremos la gran sanidad que tenemos y démosles el sitio que se merecen. 

No puedo olvidarme de todas las personas que a día de hoy siguen jugándosela por llevar un sueldo a casa y por servir a los demás. Ni tampoco de todos quiénes se han visto obligados a cerrar sus negocios quedándose de un día para otro con una mano delante y otra detrás.

Si algo he podido comprobar durante estos días es la solidaridad y el humor de las personas. Eso no nos faltará nunca y ante grandes desgracias, porque permitidme que así lo diga, somos capaces de mover montañas. Así que, aprovechemos el día a día, con los nuestros cerca o lejos, démosle la vuelta a todo esto y mantengamos la mente distraída. Los altibajos en el ánimo van a ir y venir, no somos de piedra y tan pronto podemos estar bien como sentir tristeza e incluso ansiedad por pensar que no controlamos la situación, a mí me ha ocurrido. Respira, me diría mi madre. Así que os invito a todos a que respiréis y meditéis si lo creéis necesario, a veces parar, es la mejor de las medicinas.  

Mando mi cariño más sincero a todos esos positivos, a quienes están luchando con fuerza para vencer al virus y a todas esas familias que han sufrido la pérdida de algún ser querido.

Gracias por tomaros un ratito para leerme. 

Con cariño, 



-
PD: Pronto volveré a publicar bodas, que sé que os encanta y seguiré intentando dar lo mejor de mí para poder seguir dándoos ideas y entretenimiento. 

Comentarios

Entradas populares