La boda campestre de Gemma y Alejo en el Priorat

Casarse en tiempos de pandemia no ha sido fácil para las parejas que han decidido seguir adelante con su enlace pese a todo. Muchos cambios de planes a última hora, incertidumbre, nervios... Sin embargo la ilusión de Gemma y Alejo no varió ni un ápice. Tenían más que claro que este era su año y el pasado mes de octubre pasaron por el altar en una boda de lo más íntima y bonita. 



Su historia de amor comenzó cuando ambos eran adolescentes saliendo una tarde por Barcelona

"Alejo me llamó la atención pero como en ese momento no había redes sociales le perdí la pista. Unos años más tarde coincidí con su hermano Guillermo en bachillerato. Era uno de los chicos más divertidos de clase y nos sentábamos muchas veces juntos. En una de esas conversaciones descubrí que era el hermano pequeño de ese chico que años atrás me había llamado la atención. Sin embargo, tendrían que pasar unos años más para empezar a escribir nuestra historia en común. 

Fue una tarde de invierno cuando paseaba por la Barceloneta con mi Border Collie cachorrito y unas amigas. Él se acercó a mi perro y a ahí empezamos a hablar". 

Los viajes se convierten en el mejor de los escenarios para las parejas y un viaje a la Toscana cambió sus vidas para siempre. 

"Alejo preparó un viaje por mi cumpleaños. Me hacía mucha ilusión viajar a la Toscana porque durante el último año le estuve dando continuamente el rollo sobre el arte y el renacimiento. El primer día nada más llegar fuimos a callejear por el centro y a la Galería Uficci en Florencia. Me acuerdo de que él en ningún momento soltaba la mochila que no era precisamente ligera. En la entrada de la galería le obligaron a dejarla en consigna a lo que accedió a regañadientes. Según me comentó, llevaba el ordenador del trabajo y no quería arriesgarse a perderlo o a que se lo robasen. Al atardecer fuimos a la terraza de la azotea del hotel, que en ese momento se encontraba vacía y allí sacó el anillo y se arrodilló. Fue un momentazo que recordaré toda mi vida. El tiempo se paró y simplemente existíamos los dos". 

A partir de ese momento todo fue rodado para ellos hasta que la pandemia provocada por el coronavirus se cruzó en sus caminos. Sin embargo, tuvieron claro que sus planes no iban a cambiar pese a las circunstancias. 

"Nuestra fecha escogida fue el 10.10.2020 y casarnos este año era algo que nos hacía mucha ilusión y que no queríamos posponer. 


Durante los primeros meses de pandemia tuvimos muchas dudas sobre si podríamos celebrar nuestra boda tal y cómo habíamos imaginado pero aún veíamos la fecha algo lejana y pensábamos que las cosas podían evolucionar de otra manera. Sin embargo, al llegar septiembre y ver que la situación se complicaba cada vez más aunque no había restricciones formales no queríamos exponer a nuestros familiares y amigos a un cierto riesgo. Por otro lado, las continuas malas noticias sobre la evolución de la pandemia nos estaban minando los ánimos. 

Por eso, decidimos casarnos en la intimidad; únicamente con nuestros familiares más cercanos y nuestros mejores amigos y sin duda fue la mejor decisión que podríamos haber tomado". 

Para el gran día Gemma se puso en manos de Eva Piqué tanto para el peinado como para el maquillaje

"Desde que nos conocimos tuvimos muy buena sintonía. Tengo el pelo muy largo y liso y no se asustó cuando le dije que quería llevarlo suelto y ondulado. Por lo que al maquillaje se refiere fue muy natural y sencillo, nada recargado". 


A su larga melena le añadió una corona de flores de El tocador de la novia compuesta por flores preservadas. 

El diseñador Jordi Anguera firma su vestido

"La búsqueda del vestido era algo que me daba un poco de reparo. Mi madre falleció unos meses antes de prometernos y entre muchas otras cosas me daba cierto vértigo no poder estar con ella en ese momento tan único. Sin embargo, soy muy afortunada porque tanto mi padre como mi hermano me acompañaron en la búsqueda y no se perdieron ni una sola prueba. Fueron los mejores acompañantes del mundo y aunque no saben diferenciar entre un tejido u otro supieron asesorarme en qué me favorecía y qué no. Además, conté con la ayuda extra en remoto de mis amigas Ari y Andrea que me ayudaron con los detalles". 


En el taller de Jordi Anguera supieron plasmar al instante la idea que tenía tras habérsela descrito. Tenía muy claro que quería llevar algo que fuese muy "yo" y no quería arriesgar. Me imaginaba algo sencillo, no muy recargado y con un toque etéreo. Jordi es un artista y tiene una sensibilidad especial. Captó muy bien mi idea y mi personalidad y supo plasmarlo en el vestido. Ver prueba tras prueba el vestido que había imaginado tomaba forma fue muy emocionante y divertido". 


Unos pendientes de aguamarinas y brillantes regalo de su madre años atrás fueron el complemento perfecto para ella. Recuerda que "fueron mi amuleto especial durante todo el día". 

Además, también llevó una joya muy antigua que le regaló su abuela al cumplir los 16 años. "A ella también se la regalaron al cumplir esa misma edad. La llamamos ojitos de zorro y es un rubí y un zafiro envueltos en brillantes". 

Tampoco pudo faltar el anillo de pedida. Una alianza de brillantes que Alejo diseñó en Drewbrightbcn


"Me emocionó mucho cuando mi abuela de 96 años se sacó su anillo favorito y me lo regaló antes de partir hacia la iglesia"

Gemma quería ir lo más cómoda posible y como a principios de octubre tampoco hacía demasiado frío optó por llevar unas alpargatas de Lobo Madrid

"En verano suelo llevar este tipo de calzado y me resulta muy cómodo. Dado que el suelo de Siurana es adoquinado y muy irregular quería un calzado a prueba de tropiezos". 


"Un detalle que me hizo mucha ilusión fue que mi amiga Andrea me regalase unos días antes de la boda un lacito azul que ella llevó cosido en el forro de su vestido de novia. Como llevaba alpargatas blancas, decidí coser yo misma el lacito en la parte trasera del pie derecho, con el que entré en la iglesia".

En Cataluña es tradición que familiares, amigos o allegados le regalen a la novia el ramo junto a un poema y así lo hicieron el hermano y el mejor amigo de AlejoGemma Rebull de la floristería El Taller de Gemma se lo hizo. Estaba compuesto por flores en tonos rosas empolvados a conjunto con su corona.

"Me sorprendió utilizando como pieza central una hortensia, la flor favorita de mi madre". 


Alejo se hizo el traje y llevó zapatos de Conti Barcelona así como la corbata.

"El estampado de flores no es casual. Él sabe que me encantan las flores y quería darme una pequeña sorpresa". 


Como complementos llevó unos gemelos que compró él mismo en Nino Álvarez años atrás para la boda de su mejor amigo. Tampoco faltó el reloj que sus padres le regalaron cuando se graduó. 

"Unas semanas antes de la boda, le regalé un pañuelo bordado que había encargado en Villalegría Home Linen. En él se puede leer: "Lo mejor de llegar a la cima es el camino. Por muchos caminos más juntos".

 

Celebraron una ceremonia religiosa en Santa María de Siurana, en el Priorat y fue Gemma de El Taller la encargada de decorar la iglesia con hortensias y plantas aromáticas. 

"Recuerdo que fue un día mágico y pasó todo demasiado rápido"




"La entrada a la iglesia cogida del brazo de mi padre y ver la cara de emoción de Alejo lo recuerdo con especial cariño". 












"Mi amiga Ari, que confecciona a mano ropita y accesorios para bebés con su marca Linen, nos hizo el cojín de las alianzas".



Una vez convertidos en marido y mujer tanto la pareja como sus pocos invitados se trasladaron al restaurante del hotel Terra Dominicata




"La única afectación que tuvimos en este sentido fue la de no poder sentar a todos nuestros invitados en una mesa grande. Por aquel entonces las mesas no podían ser de más de 6 personas. Así que el restaurante nos reservó una sala apartada y allí nos repartimos en mesas separadas de no más de 6 personas". 

Fue Mar Mateu la encargada de inmortalizar su preciosa boda y la pareja no puede estar más feliz con el resultado. 

"Unos amigos contaron con Mar en su boda y las fotos que vimos nos encantaron. Cuando quedamos con ella en su estudio y nos enseñó distintos trabajos supimos que la queríamos a ella. Nos encantó su trabajo; elegante, natural y atemporal. Mar te hace sentir muy cómoda desde el primer momento y te ayuda en todo. Supo crear un ambiente muy familia y se convirtió en una más". 


La idea principal de Gemma y Alejo es celebrar el enlace el próximo 29 de mayo aunque la fecha y sus planes pueden verse alterados según evolucione la pandemia. 

"El año que viene, si la situación lo permite, lo celebraremos a lo grande con todos nuestros amigos y familia. Nos gustaría hacer una misa seguida de una cena y fiesta. Queremos hacer partícipes de nuestra felicidad a todos los que no pudieron estar con nosotros. Además, aún tenemos pendiente nuestro primer baile oficial de casados". 



¡Muchas gracias Gemma y Alejo por compartir vuestro bonito día con Missbrideside!



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