La boda de Isabel Cidoncha y Víctor Rodríguez de Vera en Chinchilla de Montearagón
Cuando descubrí a Isabel en Vogue y en las redes sociales no tuve duda alguna de que quería contar su boda con Víctor en el blog. Seguro que muchas de vosotras le echasteis el ojo a los dos diseños que lució y lo cierto es que no es para menos.
Las circunstancias que vivimos actualmente nos han llevado a vivir y celebrar las bodas de una manera completamente diferente a cómo se hacía hace tan solo unos meses. Muchas son las parejas que se han visto obligadas a cancelar o posponer su boda e Isabel y Víctor son una de ellas.
La pareja se conoció en Madrid hace 6 años y según cuenta Isabel "fue amor a primera vista".
La pedida "fue de forma absolutamente improvisada, en el Cerro Mompichel, en las inmediaciones de su finca y con unas vistas espectaculares desde lo alto".
En principio habían planeado casarse el 13 de junio y se vieron obligados a cambiar la fecha dadas las circunstancias.
Si hay algo que recuerda la novia es que "todo fue absolutamente como lo teníamos planeado, mejor y más especial si cabe".
Ambos disfrutaron al máximo de su boda y ambos coinciden en que "al virus hay que tenerle respeto, pero nunca miedo. Con precaución y cautela fue un día mágico. A los invitados les brillaban los ojos, estaban emocionados y con más ganas de celebrar que nunca".
Para el gran día se puso en manos de Pablo Cerdán. El maquillaje fue de lo más natural viéndose ella muy favorecida. Por lo que al peinado se refiere el equipo de Garbo Estilistas le hizo un moño de bailarina que era “súper elegante".
Deslumbró con un espectacular vestido de Navascués. Estaba confeccionado "en crepé de seda con escote barco caído de hombros, manga larga y falda drapeada de principio a fin con tul de seda rematado con una fina hilera de botones en la parte trasera. Iba acompañado de una espectacular cola en crepé de seda forrada con una fina capa de tul, desmontable. Fui una novia velada, ¡me encantan las novias veladas!".
Como joyas lució unos pendientes vintage de herencia familiar, el anillo de pedida con un diamante central amarillo y brillantes laterales de Rabat.
Los zapatos eran un diseño de Jimmy Choo destalonados en color bronce que le regaló su hermano Daniel.
Old Jeffrey se encargó de hacer brillar al novio confeccionándole un chaqué a medida que complementó con una corbata de Loewe, unos gemelos de Cartier y reloj de Frank Muller.
Los zapatos eran de Berwick.
Ambos se dieron el sí quiero en la Iglesia Arciprestal de Santa María del Salvador en la localidad albaceteña de Chincilla de Montearagón. "Es una iglesia espectacular de principios del siglo XIV".
Isabel recuerda con emoción lo especiales que fueron "las miradas de Víctor en el altar".
La celebración tuvo lugar en la Bodega Rodríguez de Vera - finca Casalta. Es propiedad del novio y a ambos les hacía ilusión celebrarlo allí, en especial a Víctor ya que vivió allí su infancia. "La mejor Wedding Planner que pudimos tener fue la madre de Víctor, Begoña. Entre ella y yo conseguimos crear el ambiente perfecto".
La pareja tuvo claro a quién destinar los ramos de flores. "Se lo dimos a nuestras madres. Sin ellas nada habría sido posible".
Hubo música en directo a cargo del Grupo Alboroto y después el Dj Andrés Ossorio de Staff Soud puso a todos los invitados en pie. Además, contaron con un candy bar repleto de dulces para todos los invitados.
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