La boda de Amalia y José Antonio en Sevilla
Amalia y José Antonio se casaron antes de que nuestras vidas cambiaran con la llegada del covid y estoy segura de que las fotos de Couche Photo os van a alucinar tanto como a mí.
Ambos se conocieron a través de unos amigos en común. "Era lo típico que coincidíamos a veces y poco más. Años después, yo vivía en París, empezamos a hablar y... ¡hasta ahora!"
La ciudad italiana de Padua fue testigo de la pedida de matrimonio. "Me lo pidió en Padova. Fue totalmente inesperado para mí. Él es una persona muy romántica y especial y siempre supe que lo haría en un sitio especial para él. Resulta que Jose vivió una temporada allí y no había vuelta hasta que lo hizo conmigo. Él siempre decía que lo haría con la mujer de su vida".
Tuvieron la gran suerte de disfrutar de la pedida reuniendo a sus dos familias. Hicieron una fiesta en casa y recuerdan que fue muy divertido, bonito y especial. "Yo llevé el camisón de la noche de bodas de mi abuela a modo de vestido. Tenía más de 70 años, de raso y encaje. Además, mis suegros me regalaron las esmeraldas que lucí el día de la boda".
Llegado el gran día, Amalia se preparó con un camisón de satén de Zara. Confió en Quino Amador y Raquel Guerrero de Qubo Sevilla para el peinado y maquillaje. "Quedé contentísima con ellos y el resultado, para mí son los mejores de Sevilla".
Se puso en manos de Antonio García para la confección de su vestido. "Me encanta su estilo depurado. Nos entendimos al momento y no tuve dudas. Fue el único diseñador al que vi. ¡¡Lo tuve clarísimo!!".
Además, él mismo fue también el artífice de la confección del lazo que llevó junto al moño de bailarina del que iba sujeto el velo.
Amalia no pudo estar más contenta con el resultado. Un vestido que parecía ser un dos piezas gracias al cinturón blanco que añadió. "Tanto Antonio como su hermano Fernando y todo el equipo se implicaron a tope y cada prueba fue un auténtico sueño. Lo hicieron todo facilísimo y desde la primera prueba estaba el vestido definido".
Como complementos contó con las esmeraldas que le regalaron sus suegros en la pedida y, por supuesto, el anillo que su chico le regaló al pedirle matrimonio.
La elección de los zapatos, fue, quizás la parte más complicada para ella ya que no conseguía dar con ninguno que le encantase. Finalmente dio con unos Valentino "me gustan muchísimo para usarlos después".
Su ramo estaba compuesto por una de mis flores favoritas. Peonías blancas cerradas. "Me lo hicieron en Floristería de la Rosa, que además también se encargaron de la decoración de la iglesia".
José Antonio se decantó por un chaqué de Tom Black de color gris junto a una corbata azul de Harper and Neuer.
Se dieron el sí quiero en la iglesia sevillana de la Magdalena, lugar donde además, contaron con el coro de Manuel de Falla del Conservatorio de Sevilla acompañado de un cuarteto de cuerda y un organista.
Jose Antonio entró del brazo de su madre y esperó con nervios y emoción junto a ella la llegada de su futura mujer.
Amalia, que llegó en un escarabajo antiguo color burdeos, entró acompañada por su padre y cuatro de niños de arras que fueron vestidos por su modista de confianza. Todos llevaban zapatillas de esparto blancas. Como complemento para las niñas les hicieron una corona de hortensias negras "para romper un poco con el blanco/beige que llevaban en la ropa".
La pareja recuerda que la ceremonia fue de lo más emotiva y fueron inmensamente felices. Sus miradas de complicidad y sonrisas tímidas lo dicen todo.
Una vez convertidos en marido y mujer, tanto ellos como sus invitados se trasladaron a la finca El pino de San José donde Flores Búcaro se encargó de decorar todos y cada uno de los espacios.
El catering corrió a cargo de Alfardos y aseguran que los elegirían mil veces más. El convite tuvo lugar en uno de los jardines de la finca.
Sorprendieron a todos sus invitados entrando a la cena al ritmo de "Far l'amore" de Rafaella Carra poniéndolos a todos en pie.
Uno de los momentos más divertidos lo vivieron a la hora de repartir los ramos mientras sonaba "Single ladies" de Beyoncé. "Le entregué el ramo a una amiga que se va a casar pronto y a mi prima".
Y ahora sí que sí, llegó la hora de romper el hielo. "Abrimos el baile con el vals de "Eyes wide shut", nos alucina". Amalia bailó con su padre y José Antonio lo hizo con su madre.
Después llegó el turno de Isi de Smartsound y todos bailaron y disfrutaron hasta el fin de fiesta. El candy bar no pudo faltar así como tampoco la recena con pizzas de Sloopy Joe's "mitiquísimo en Sevilla y fue todo un éxito".
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