"La noche de mi vida" en El Casar de Talavera
Sara y José Carlos se conocieron cuando eran adolescentes y desde entonces no se han separado.
Celebraron su matrimonio en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario en El Casar de Talavera el pasado 28 de agosto.
Sara escogió un camisón de Miss Camisones para prepararse mientras le acompañaba su pequeño que acabó dormido en brazos.
Confió en Valenzuela Atelier para confeccionar su precioso vestido con flores de organza e hilo bordadas en las mangas de tul y en la espectacular capa que luego se quitó para la fiesta. Les había descubierto un tiempo atrás gracias a las redes sociales y desde el primer momento, no tuvo dudas.
Celebraron su matrimonio en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario en El Casar de Talavera el pasado 28 de agosto.
Sara escogió un camisón de Miss Camisones para prepararse mientras le acompañaba su pequeño que acabó dormido en brazos.
Confió en Valenzuela Atelier para confeccionar su precioso vestido con flores de organza e hilo bordadas en las mangas de tul y en la espectacular capa que luego se quitó para la fiesta. Les había descubierto un tiempo atrás gracias a las redes sociales y desde el primer momento, no tuvo dudas.
"Recuerdo ir a cada prueba con una ilusión inmensa y salir de cada una de ellas asombrada. Tengo que decir que mi modista, Rosalía y las chicas del atelier me hicieron sentir como en casa y me facilitaron todo tanto que el resultado no podía ser mejor".
Como complementos llevó unos pendientes de perlas australianas y diamantes de su abuela firmados por la mítica joyería Suárez.
Del peinado y del maquillaje se encargó su peluquera de siempre en la que tiene plena confianza.
Pese a que durante la ceremonia no llevó ningún tocado, después para la cena se puso una llamativa diadema con plumas azules que le hizo Happy Flower.
Llevó los zapatos con los que había soñado casarse desde niña, el modelo Lance de Jimmy Choo.
Su ramo, de eucalipto y hortensias blancas lo confeccionaron en Flores Ortiz.
El novio, escogió un chaqué de Del Barquito, look que complementó con una corbata de Louis Vuitton.
Los zapatos eran de Blessbuck y los gemelos de Loewe y el reloj Tag Heuer que fueron regalo de Sara.
Para la ceremonia, contaron con pajecitos que llevaron los anillos y las arras y fueron acompañados por la prima de Sara. Iban vestidos con unas camisas blancas de lino de Tizzas y zapatos de Pisamonas.
El banquete, lo celebraron en Palomarejos Golf y fue el catering del mismo el que se encargó de realizar el menú de la boda que encantó a todos. De la decoración de todos los espacios se encargó Flores Ortiz dándole un toque rústico y campestre con manteles de flores y candelabros.
Entraron al convite al ritmo de Todos los besos, de Los Rebujitos, con chorros de platino que aseguran fue espectacular.
Quisieron hacer una donación para Menudos Corazones, para ellos significa mucho, en especial para su pequeño.
Como regalo para las invitadas dieron manoletinas con una bolsita de rafia y a los niños, unas huchas de barra con temperas para pintar.
La entrega del ramo fue muy especial. El suyo se lo dio a su madre y después, las réplicas, se las fue dando a su mejor amiga de la facultad que ahora vive en París, a su amiga Celia que le ayudó muchísimo con los preparativos de la boda, a otra amiga y a su cuñada que se casará el año que viene.
Tras la cena y la entrega del ramo, Sara y José Carlos abrieron el baile al ritmo de Let her go, de The Passenger y luego se fueron uniendo todos los invitados.
Del reportaje fotográfico se encargó Arte infinito y no pudieron capturar mejor todos y cada uno de los momentos tan especiales que vivieron aquel día.
"A la vista queda, ¡¡no podían ser más bonitas las fotos!!"
"Nuestra boda fue sorprendente, espectacular y divertidísima. Uno de los momentos más especiales de aquel día fue el intercambio de anillos y el sí quiero además de la entrada al banquete y el baile".
¡¡Gracias!!
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