La "feliz y divertida" boda de Sandra y Willie en Fornells de la Selva
Las casualidades no existen y bien lo saben los protagonistas de hoy. Sandra y Willie se conocieron en los últimos años del colegio, sin embargo, la chispa no surgió entre ellos hasta que se volvieron a topar en París.
Sandra se fue a la capital francesa a cursar un máster y buscando piso volvió a dar con él. Desde entonces todo cambió para ellos y decidieron seguir su camino juntos.
"Fuimos de vacaciones a Fuerteventura, y un día, después de mi primera sesión de buceo (Willie es un fan) fuimos a visitar los faros de la isla y todo sucedió en el Faro de la Entallada que es precioso".
Se casaron en la Iglesia de Fornells de la Selva en Gerona. Las invitaciones fueron creadas por la propia novia. Sacó su lado más creativo y se puso manos a la obra. Hizo un diseño minimalista e iban acompañadas de un dibujo hecho a mano para cada invitado.
Con los nervios a flor de piel Sandra se preparó vistiendo una bata de Victoria's Secret que le habían regalado sus amigas mientras Manel, su peluquero de siempre y su equipo, la peinaban y maquillaban. Tenía claro que quería algo sencillo y natural y así fue.
Su vestido soñado lo realizó Katarina Grey con quien tuvo un "auténtico flechazo".
"Desde el primer día me captó a la perfección y no tuve duda que ella me haría el vestido. Incorporamos juntas piezas que fui comprando en viajes como los botones madre perla de Bolonia y algunos encajes de Camariñas".
"La verdad es que el proceso fue muy divertido, en todas las sesiones que hicimos traía a un grupo diferente de amigas/amigos. Me gustaba pensar que la boda no era solo cosa de un día y quise involucrar a las personas que quiero en todo lo que estaba viviendo".
Por lo que a los pendientes se refiere, llevó un diseño minimalista de Majoral que le había regalado el padrino y la madre del mismo.
Además, en una mano llevó el anillo con el que Willie le pidió matrimonio, así como las alianzas que son de Enric Jofre. En la otra mano, llevó la alianza de su padre y un anillo de su abuela materna.
"Llevaba también una pulsera charra típica de Salamanca, la tierra de mi abuela, y en ella puse un recuerdo que me llevé de Cies el invierno pasado y que devolví al mar durante mi viaje de novios (era mi algo prestado)".
Sus zapatos los firmaba Jacquemus, su diseñador de calzado favorito.
"En cuanto los vi me encantaron y pensé que era la forma de darle un toque de color al vestuario. Además de ello, tienen un valor que va más allá porque fueron mis amigas quienes se adelantaron y me los regalaron por sorpresa".
Antonio Flores se encargó de confeccionar el ramo y de la decoración floral.
"Como dicta la tradición en Cataluña, Juan mi mejor amigo me trajo el ramo y me leyó un escrito".
"A Antonio le conocemos de toda la vida y me encanta su trabajo. Hace todo con una delicadeza y amor especial que le dejamos que nos sorprendiera y el resultado fue inmejorable. Supo captar cómo somos y lo que nos gusta".
Willie llevó un chaqué de color azul marino que le había confeccionado su sastre de confianza en París mientras que los zapatos los adquirió en Church.
Como complementos llevó los gemelos de su abuelo materno y un reloj que su abuela le había regalado a su abuelo en 1954 cuando se comprometieron.
"Mi abuela me lo regaló días antes de la boda y me hizo muchísima ilusión".
A los novios les acompañaron unos pajes a quienes les hizo los trajecitos la madre del novio de la que Sandra dice que "es una artista con la aguja".
La novia entró a la Iglesia de la mano de su madre mientras sonaba "You'll never walk alone" en memoria a su padre.
"La ceremonia fue muy emotiva y contó con la participación de muchos amigos y familia".
Uno de los detalles que se vivió con más emoción fue el poema que escribió la novia para el novio.
"La música fue esencial para darle un toque emotivo, desenfadado y alegre a la ceremonia. Saltándonos un poco la tradición, escogimos las canciones que pensamos que mejor nos representan".
La celebración del banquete y la fiesta fue en Mas Marroch y hasta allí llegaron sobre una moto con sidecar.
"Nos enamoramos del sitio y del equipo. Encarna y Miriam nos ayudaron muchísimo con la organización. Lo dejamos todo en sus manos y nos ocupamos de disfrutar".
"Es un lugar precioso y con mucha personalidad. Tan solo necesitaba el toque romántico de Antonio Flores que nos encantó".
"En cuanto a la comida, lo que más nos gusta de las bodas es el cóctel, así que optamos por hacer un aperitivo largo. No queríamos sitios fijos sino que todo el mundo pudiese moverse y hablar con unos y con otros".
Durante ese rato, un venenciador de González Byass servía fino de Jerez. Un regalo de la familia del novio como guiño a sus orígenes jerezanos.
La pareja bailó al ritmo de "Kids" de MGMT y fue un momentazo en el que los invitados se animaron mucho con los novios.
Sandra tenía claro que no quería dar a nadie concreto su ramo de novia así que optó por lanzarlo y que cayera en manos de alguien. Después de ese divertido momento, hicieron entrega de un ramo a cada madre.
Además, dieron unas reproducciones de las obras de Sandra que se trataban de una pareja de novios, a dos parejas.
Los novios también se llevaron una buena sorpresa por parte de sus amigos.
"Un momento muy bonito fue cuando los amigos de los novios montaron un discurso sorpresa y al finalizar les regalaron un cuadro de Albert Riera".
Llegó la hora de abrir el baile y lo hicieron con 'Only You' de The Platters. A partir de ahí fue un no parar. No dejaron de bailar en toda la noche y culminaron un día único que siempre llevaran en su recuerdo.
"Es increíble recordar cuánto amor sentimos ese día, nunca pensamos que vibraríamos tanto", recuerda Sandra.
De todo el reportaje fotográfico del que se encargó el equipo de Noon productions y Blanc By Liten.
"Tuvimos la sensación de estar entre amigos. Disfrutamos y nos reímos mucho con ellos. Todo surgió y fue muy natural".
"Siempre planteamos nuestra boda como una gran celebración de amor y desde el inicio nuestras familias y amigos se involucraron en la preparación, y nos ayudaron muchísimo.
Pensamos y organizamos nuestro día desde el corazón, haciendo lo que más nos gusta y poniéndole amor. Pensamos que no puede haber nada más sincero y auténtico".
¡Que seáis siempre muy felices, gracias Sandra y Willie!
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